Este artículo ha sido escrito y validado por la psicóloga y sexóloga Nayara Malnero el 27 de mayo de 2025.
No hay nada que despierte más curiosidad que aquellos temas relacionados con la sexualidad, sobre todo si se consideran poco frecuente. Podemos llamarlo morbo o simplemente curiosidad pero, sea como sea, siempre queremos saber más…y hoy vamos a saciar ese deseo hablando del beso blanco.
El beso blanco es una práctica que genera fascinación y polémica a partes iguales. En este artículo voy a explicarte de manera clara qué es, cuáles son sus riesgos, qué aspectos debes tener en cuenta si decides explorarlo en tu vida íntima y, por supuesto, también algunas curiosidades extra.
¿QUÉ ES EL BESO BLANCO?
El beso blanco (en inglés, snowballing) es una práctica sexual que consiste en que, tras la eyaculación del hombre en la boca de uno de los miembros de la pareja, se besan y comparten el semen entre ambos.
Se trata de una práctica que mezcla el erotismo del beso profundo con la implicación de fluidos sexuales. Algo así como cuando de adolescentes nos pasábamos el hielo de boca en boca, pero un tanto más subido de tono.
Para algunos el beso blanco es toda una fantasía cargada de morbo y complicidad, para otros puede generar rechazo por tratarse de una práctica menos común, debido a factores como el sabor, la textura o por las creencias relacionadas con el semen.

Beso blanco, ¿qué es?
¿QUÉ RIESGOS TIENE EL BESO BLANCO?
Cuando hablamos de si el beso blanco puede ser peligroso, nos referimos principalmente a los riesgos asociados a la transmisión de infecciones de transmisión genital (ITGs). El semen es un fluido corporal que puede contener virus y bacterias que, al pasar a la boca de otra persona, tienen una vía de entrada y de infección muy rápida.
Al compartir fluidos genitales de boca a boca, se pueden transmitir todo tipo de enfermedades, pero especialmente aquellas relacionadas con los sexual y más peligrosas como el VIH, la clamidia, la gonorrea, la sífilis, el herpes, el virus del papiloma humano (VPH), etc.
Merece la pena recordar que esto ocurre así incluso cuando no hay síntomas visibles. La mayoría de personas con una ITGs no lo saben porque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC):
Más del 50% de las personas que tienen una ITGs no presentan síntomas o son síntomas tan leves que no llegan a llamar su atención.
En infecciones como la clamidia, una de las infecciones más comunes hoy por hoy, el porcentaje de personas asintomáticas puede llegar a ser de hasta el 70%-80% en mujeres y el 50% en hombres.
Con infecciones como el virus del papiloma humano (VPH) o el herpes genital, mucha gente ni siquiera sabe que está infectada porque puede no tener signos visibles durante largos periodos…y sin embargo son virus a los que les encanta habitar nuestro cuerpo.
…y todo esto, mientras mantenemos prácticas como el beso blanco, asumiendo riesgos y compartiendo estos virus y bacterias con nuestras parejas sexuales.
Pero en este caso el riesgo es aún mayor ya que debemos saber que la mucosa de la boca es muy sensible y especialmente absorbente. Además, tiene pequeñas heridas (microfisuras) que pueden pasar desapercibidas, pero que aumentan la posibilidad de transmisión de infecciones. Por eso debemos de tener muy claro que la boca es una de las principales fuentes de transmisión de infecciones.
Otra cuestión extra a considerar es la propia salud e higiene ya que si existen problemas como encías sangrantes, llagas o infecciones bucales, el riesgo de transmisión aumenta todavía más.
En resumen: el beso blanco es tan peligroso como cualquier otra práctica que implique intercambio de fluidos, pero en este caso al existir más desconocimiento del riesgo, las consecuencias suelen ser peores.

Los riesgos del beso blanco.
¿CÓMO HACER EL BESO BLANCO EN PAREJA DE FORMA SEGURA?
Más allá de los riesgos, para muchas parejas el beso blanco puede representar un acto de máxima confianza e intimidad. Implica aceptar, compartir y disfrutar del cuerpo y de los fluidos del otro, lo que sin duda refuerza la complicidad y la carga erótica del encuentro.
Aunque el término “Beso blanco” no se acuñó hasta los 80-90s, en textos del siglo XVIII y XIX ya se encontraron descripciones muy explícitas de amantes que compartían el semen a través de besos apasionados en un acto de entrega total.
Sin embargo, es fundamental que antes de practicarlo haya una conversación abierta y sincera entre ambos miembros de la pareja. Hablar sobre los límites que tenga cada uno y, sobre todo, realizarse ambos las respectivas pruebas completas de ITGs para descartar riesgos.
Merece la pena recordar que en el beso blanco no existe protección alguna como podría ser en otras prácticas sexuales. La única protección sería sencillamente no practicarlo.
Por otro lado, no podemos olvidar que toda práctica sexual debe estar basada en el consentimiento, el disfrute y el respeto de los límites personales. Es habitual que muchas personas se sientan incómodas y eso haría que no merezca la pena si quiera intentarlo.
Practicar el beso blanco en pareja debe ser una elección consensuada, basada en el deseo compartido y 100% segura.

El beso blanco en pareja.
¿POR QUÉ GENERA TANTO MORBO EL BESO BLANCO?
Sin duda, el beso blanco puede resultar excitante para muchas personas por varios motivos:
Tabú: Todo lo prohibido o poco convencional suele tener un componente erótico más elevado que lo socialmente aceptado como “normal”.
Fantasías de sumisión/dominación: Para algunas personas, el intercambio de fluidos se asocia a dinámicas de poder o de entrega. De hecho, es una práctica habitual en BDSM.
Complicidad en pareja: Compartir fluidos puede simbolizar una conexión profunda y un alto grado de confianza mutua para muchas personas.
Morbo por los cinco sentidos: La mezcla de sabores, texturas y olores, en el contexto del orgasmo y la posterior relajación, despierta sensaciones súper estimulantes para muchos.
De todos modos, merece la pena recordar que existe una gran diferencia entre fantasía y realidad. Muchas veces disfrutamos imaginando algo y, cuando lo llevamos a la práctica, no se parece a lo que teníamos en nuestra mente o no lo disfrutamos tanto.
Lo importante es que el beso blanco no es una fantasía o práctica ni mejor ni peor que cualquier otra, simplemente es una opción más.
Lo importante es entender sus riesgos y hablar de ello abiertamente en la pareja para disfrutarlo de manera segura y consciente. Ahora, ya sabes cómo hacerlo.
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