¿Relación abierta? | Todo lo que necesitas saber antes de lanzarte

¿Relación abierta? | Todo lo que necesitas saber antes de lanzarte

| Arola Poch

Este artículo ha sido escrito y validado por la psicóloga y sexóloga Arola Poch el 29 de marzo de 2021.

Una relación abierta es aquella en la que sus integrantes acuerdan que pueden tener relaciones sexuales con otras personas. Se hace de forma consciente, honesta y consensuada por las todas las partes. Quiero decir que no me sirve que alguien diga “sí, si para mí lo ideal es una relación abierta pero mi pareja no lo vería bien y entonces pues lo tengo que hacer sin que ella lo sepa”. Eso es una infidelidad de las de toda la vida. Se trata de que todas las personas implicadas lo sepan, estén de acuerdo y lo vivan con alegría y felicidad.

Ahí está la clave: alegría y felicidad. La relación en la que estemos, sea monógama, abierta o poliamor, tiene que encajar bien con nuestra forma de ser y de pensar, aportarnos bienestar y hacernos sentir que nos quieren y nos cuidan.

Enfrentarse al paso de una relación monógama a una abierta puede generar algunas dudas: cómo sé si es para mí, cómo se lo digo a mi pareja, cómo nos introducimos en este mundillo, sentiré celos, podré llevarlo… ¿funcionará? Aquí van algunas ideas a tener en cuenta antes de lanzaros.

Relación abierta, qué es

¿Qué es una relación abierta?

BENEFICIOS, ¿QUÉ PUEDE APORTAR A LA PAREJA?

“Esto de no tener que renunciar al sexo con otras personas es fantástico”. Así resumirían algunas personas los beneficios que puede aportar a una pareja tener una relación abierta. Si bien ese es un punto, no creo que sea el más importante.

En una pareja en la que la fidelidad no se basa en la exclusividad sexual hay confianza para contar las fantasías y deseos más íntimos. Tras un encuentro erótico con alguna otra persona puede incluso haber una sensación de refuerzo de la propia pareja por la complicidad que genera compartir experiencias y lo bonito que es ver disfrutar a la persona que quieres.

Aporta sinceridad y comunicación. Hablar sobre cómo se vive, se siente, se disfruta, se duda… es indispensable para que funcione.

Una relación abierta implica enfrentarnos a emociones y sentimientos, como posibles inseguridades o celos. Y también a prejuicios que podamos tener sobre el sexo y las relaciones. En este sentido nos va a aportar conocernos mejor y enfrentarnos a nuevas situaciones que, sin duda, nos harán crecer como personas y en nuestra forma de vincularnos.

Hay quien piensa que una relación abierta es más evolucionada porque se aleja del concepto de posesión que está presente en la monogamia mal entendida. Sinceramente, yo no opino que sea una superrelación. Realmente todas las relaciones deberían tener estos beneficios ya que querría decir que están construidas de forma sólida y sana. A partir de ahí, la mejor es aquella que mejor encaja a las personas que la forman.

La doble penetración

Beneficios de una relación abierta.

CÓMO SABES SI ESTÁS PREPARADO PARA TENER UNA RELACIÓN ABIERTA

Hay una serie de preguntas que te puedes plantear para reflexionar sobre si una relación abierta os puede funcionar:

  • ¿Estáis de acuerdo los dos miembros de la pareja? ¿Al mismo nivel?

  • ¿Qué significa el sexo para ti? ¿Cómo se relacionan para ti el sexo y el amor?

  • ¿Cómo piensas que te sentirías si tu pareja tuviera sexo con otra persona?

  • ¿Eres celoso/a?

  • ¿Tienes necesidades sexuales que no están siendo satisfechas?

  • ¿Hablas honestamente de los temas que te preocupan?

  • ¿Tienes claro qué buscas y tus prioridades en la relación?

Ten en cuenta que hay personas a las que les encaja muy bien la filosofía liberal pero cuando la quieren poner en práctica, choca con sus creencias arraigadas sobre cómo “debe ser” una relación. Entonces hay que hacer primero un trabajo de deconstruir determinadas ideas para que otro tipo de vínculos encajen. No pasa nada si ahora no es tu momento, puede que lo sea más adelante.

Hacer que funcione

¿Funcionará para nosotrxs una relación abierta?

CÓMO PLANTEAR UNA RELACIÓN ABIERTA

Imaginad que una de las personas de la pareja tiene la inquietud de querer abrir la relación y quiere decírselo a la otra parte. Entonces le aparecen algunas dudas relacionadas, muchas veces, con la visión social de la monogamia y los prejuicios alrededor de este tipo de relaciones. Resumiendo en una frase: “A ver si va a pensar que ya no tengo suficiente con él o ella o que ya no la quiero”. Por ello, lo primero siempre es tener claro que el concepto de fidelidad es el que construye cada pareja según los acuerdos a los que llegue y que el amor no alimenta el deseo sexual.

Si hay una buena comunicación con la otra persona y esta entiende qué es y cómo funcionan las relaciones abiertas, el terreno está abonado para plantar. Puedes comentarlo con naturalidad, planteando los motivos, la curiosidad, los miedos, las dudas… La comunicación y la honestidad, ya sabes, es clave.

Nunca, jamás, hay que presionar a nadie para tener una relación de este tipo o plantearlo como esto son lentejas (o las tomas o las dejas). Siempre hay que respetar los tiempos de la otra persona, sus necesidades y sus dudas. Si alguien trata de imponer, es una red flag.

Si la mentalidad de tu pareja no es suficientemente abierta hacia otros modelos relacionales, no te lances a una piscina sin agua. Primero tocará ir haciendo un trabajo de deconstrucción de cómo han de ser las parejas y dar opción a que entren nuevos modelos para que haya posibilidades de que funcione.

Estáis preparados

¿Estáis preparadxs?

CONSEJOS PARA QUE UNA RELACIÓN ABIERTA FUNCIONE

Sí, os lanzáis a probar porque es gusta, os apetece, os encaja. Aquí van algunas cosas que hay que tener en cuenta para que la relación abierta funcione:

  • Tener claro qué buscamos y dónde estamos nosotros como relación. Estar en una relación de este tipo debe darnos morbo, alegría, diversión, salir de la monotonía… No ha de ser un riesgo para la propia relación. Si vemos que lo es, se corta.

  • Hablar, hablar, hablar. De por qué queréis abrirla, de qué buscáis, de cómo os lo imagináis y también de las dudas o inseguridades. El diálogo ha de ser continuo y honesto. A lo largo de la andadura liberal surgirán nuevas situaciones o sensaciones que quizás no habíamos previsto.

  • Marcar qué cosas podemos hacer, con qué nos sentimos cómodas y cómodos. Sexo oral, sí, pero penetración, no. Siempre juntos o podemos ir cada uno por su lado. Tríos o intercambio de parejas. Son muchas las posibilidades dentro del mundo liberal y cada pareja ha de marcar sus límites y normas. No son inamovibles, puede que evolucionen junto con la relación.

  • Respetar los tiempos, necesidades y límites de las dos personas. Puede que alguien tenga muchas ganas de ir a un club swinger y empezar a follar con otras personas. Y la otra persona necesita ir primero a conocer el ambiente. Si queremos que funcione, hay que adaptarse al ritmo del más lento e ir ampliando acciones a medida que se gana seguridad.

  • A lo mejor tenéis ambos muchas ganas, pero aun así puede ser recomendable ir poco a poco antes que lanzarse a la primera. Si en vuestro estreno en un club liberal solo miráis el ambiente y os marchas de allí con ganas de volver, mucho mejor que ir a saco, no sentirse a gusto y decir esto no es para mí. Aunque si lo veis todo bien… ¡adelante! Qué hacer, cómo y cuándo lo marcáis vosotros.

  • No se debe querer tener una relación abierta porque está de moda o porque suena mejor. La forma de vincularnos tiene que ver con lo que nos hace más feliz, no con lo que se supone nos hará más feliz.

  • Una relación abierta no soluciona ninguna crisis en la pareja. “No estamos bien, vamos a probar abriendo la relación”. Me apuesto lo que queráis a que empezar así empeora más que arregla. Si una pareja no está bien, primero se encamina lo que no funciona y luego, en todo caso, se prueban otros modelos de relación.

¿Lo tenéis más claro? ¿Os animáis a abrir la relación?

Todo lo que debes saber

Todo lo que necesitas saber sobre relaciones abiertas.

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Arola Poch
Arola Poch

Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona y en Comunicación Audiovisual por la UOC, ha realizado un Máster en Sexología por la Universidad Camilo José Cela, además de un postgrado en Crecimiento sexual y Terapia de Pareja por el Instituto Gomà. Ver más.

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